jueves, 22 de septiembre de 2011

El Mariachi en México

Nadie tiene por cierto el origen del mariachi. Lo que si se presume es que todo empezó en Jalisco, Michoacàn, Colima, y Zacatecas. El mariachi interpreta un estilo de música muy singular casi imposible de describir, resultado del mestizaje de la colonización que ha evolucionado con el tiempo hasta nuestros dias. Incluso el nombre del conjunto es tema que causa controversia, la historia mas popular, aunque no por eso mas exacta, dice que proviene de la palabra francesa "mariagge". En México los historiadores siempre habían sostenido que la palabra mariachi es de origen indígena.
Pero no se tenían pruebas para sustentar dicha teoría.
Fue en 1981 cuando en los archivos de la iglesia se encontró una carta escrita por el padre Cosme Santa Ana, dirigida al arzobispo. En dicha misiva el padre se queja de los interminables escándalos de los "mariachis" de su pueblo que él consideraba casi como desorden público. La carta data de 1848, antes de la invasión francesa, desmintiendo por fin esa versión.
El mariachi es una tradición de fiesta mexicana, es música que alegra los sentidos y los corazones. Música que ha sabido viajar por el mundo entero para llevar un poco de México a quienes los escuchan.

Aquí les comparto un disco del mejor mariachi en México.
Espero lo disfruten.

Tinga

Hoy les traigo la receta de la Tinga con chipotle, que se suele servir sobre tostadas. En algunos estados se prepara con carne de res pero aquí en la capital la preparamos normalmente con pollo.

Ingredientes:

1 Pechuga de Pollo
1 Diente de Ajo
2 Cebollas
1 Ramita de Cilantro
2 Jitomate finamente picado
Aceite de Oliva

Se pone a cocer la pechuga de pollo con el diente de ajo, el cilantro y un trocito de cebolla, una vez lista se deshebra finamente. En un sartén se fríe el resto de la cebolla rebanada en finas rodajas con un poco de aceite de oliva hasta que quede translucida. Se agrega el jitomate y el pollo. Dejamos que el jitomate suelte su jugo y sazone la tinga. Cuando no se tiene jitomate a la mano se puede usar caldillo o puré.
Al final se agregan chile chipotle y sal al gusto. 
Se sirve sobre tostadas, acompañadas de crema, lechuga y queso.

sábado, 10 de septiembre de 2011

Lotería




" ! La cobija de los pobres...El sol ¡ "






El juego de la lotería ya era viejo cuando llegó a México en 1770. Se trata de un juego que guarda muestra del arte grafico y de la cultura popular mexicana, cincuenta y cuatro figuras que ansiosamente aguardan a ser “gritadas” para ocupar un espacio real en la tablilla o en el tablero; ya no uno simbólico.
Usualmente se van colocando semillas de frijol, moneditas o fichas, sobre los personajes, las frutas o figurines, que ya han sido nombrados, hasta llenar por completo toda la planilla.
Uno de los elementos que siempre hizo indispensable el juego en los grandes salones, en las kermeses y en las fiestas, era el personal estilo que cada gritón adoptaba para nombrar las cartas. Haciendo uso de refranes, frases simpáticas y adivinanzas para que los participantes identifiquen la carta y coloquen el tan estimado frijolito.
Todos los jugadores al empezar dan una moneda o lo que se acuerde previamente, y al centro de la mesa se forma “la vaquita” que será el premio del vencedor. En las ferias o kermeses el premio puede ser un juguete o una artesanía. Igualmente cuando se juega entre adultos se pueden poner apuestas.
Un juego para chicos y grandes que ha sabido derrotar al tiempo y que a ultimas fechas, ha combatido camaleónicamente las embestidas de la modernidad. Otorgando un lugar dentro de sus cincuenta y cuatro casillas, a personajes contemporáneos con los que los chicos de hoy puedan identificarse fácilmente. Todo con tal de no perderse en el pasado. Renovarse o morir.

sábado, 3 de septiembre de 2011

Personajes singulares

La Ciudad de México a finales del siglo XIX era ya una ciudad con hambre de semejar a aquellas ciudades cosmopolita de las que nos llegaban noticias por la prensa escrita, maravillandonos con sus avances y versatilidad.
Como en todas las ciudades existían personajes singulares que hacían falta para que el motor de la ciudad echara a andar todos los días.
Existían por ejemplo, los cargadores; gente que se situaba en las esquinas mas concurridas por donde pasaba gente que podía requerir de sus servicios. Se ponían una faja de cuero o tela, y con su mecapal en la frente cargaban los bultos mas pesados por cualquier propina. Lo malo, y no es por desprestigiar, algunos resultaban ladrones y como eran fuertes y veloces, desparecían en un parpadeo con todo y bulto. Así que había que estar a las vivas.
El lechero que con sus contenedores de cincuenta o veinte litros andaba con su carreta vendiendo leche por las calles, las señoras salían o mandaban a alguno de sus hijos con la jarra de a litro para comprar leche espumosa. ¡ La lechiiiiiiiiiiiiiii !
El zapatero, que cargaba con su negocio móvil en un cajón de madera sobre la espalda. Se desplazaba por las vecindades y pegaba suelas, ponía tapas nuevas, y pintaba cacles, todo, sentado en un banquillo.
¿ Recuerdan haber visto en algún lugar a los peluqueros de paisaje ? Si, esos que en cualquier árbol a las afueras de la ciudad colgaban un espejo y ya tenía puesto el changarro. Una silla para el cliente y nada mas. Lo simpático no solo era su local sino su técnica. A todo el mundo le cortaban el cabello igual, lo único que cambiaba era el largo. Tres dedos por favor, dos dedos, a mi cuatro.
El personaje chusco de la ilustración es el aguador; en aquellos entonces como hasta ahora, el sistema de drenaje ha sido insuficiente para lo que significa todo un valle repleto de cristianos. Los aguadores lo cargaban a uno de una banqueta a otra para que pudiese llegar a su destino sin mojarse el vestido largo o los zapatitos. Lo feo de emplearlos era que a medio camino le pedían a uno mas dinero de lo acordado (que generalmente era un real), si uno decía no, pues el aguador lo tiraba en el agua estancada. ¡ Jijos de su mal dormir !